miércoles, 6 de junio de 2012

Deus Ex Machina. Parte 10.

-Chica, estás un poco pálida. ¿Te encuentras bien?

Alexia volvió al mundo real, asintió como pudo y se disculpó con un gesto, mientras avanzaba hacia la puerta. Necesitaba salir de ahí y tomar aire, si es que se podía considerar aire lo que se respiraba en esa condenada estación. Cuando salió, se encontró con una Avanzada diametralmente diferente, bulliciosa, con todas las esferas de investigación ocupadas, llenas de científicos con batas, robots ayudantes, explosiones controladas, colores brillantes que destellaban por los cristales, muy distinto a la depresiva imagen que tenía hace un momento.

Se apartó para dejar pasar a un grupo de científicos, entre los que destacaba una joven rubia, alta, que hablaba gesticulando en exceso, con una sonrisa permanente en el rostro. Parecía explicarles algo gracioso, pues estallaron en risas cuando terminó. Decidió seguirles, a ver si averiguaba donde se había metido.

El característico ruido de la megafonía al encenderse les hizo callar un momento, y cuando Alexia se preparaba para la maldita frase, le sorprendió lo que oyó:

"Bienvenidos a los nuevos integrantes a la Avanzada Investigadora 01. Esperamos que os acomodéis pronto a vuestros puestos. Tened buen día."

Y nada más. Ni oscuridad, ni frases atronadoras. Solo una bienvenida.

En ese lapsus mental los científicos habían desaparecido, así que tenía que buscar a otra gente para preguntarles donde estaba. Siguió avanzando por la circunferencia que envolvía la plataforma central, iluminada ahora como si de una estrella se tratase. Los estudiantes se sucedían, animosos y desenfadados, hasta que vio algo que le paró el corazón.

"2 de Octubre de 2516" rezaba el calendario digital que tenía ante sus ojos. Estuvo apunto de perder el equilibrio, y se agarró a una barandilla, mientras se llevaba la otra mano al pecho.

"Estoy en el día de la inauguración de la Avanzada. ¡He viajado 63 años en el tiempo!"-pensó aterrada Alexia.

Se sentó en el suelo, intentando recuperar la compostura y el resuello, tratando de colocar sus pensamientos de una forma razonable y no como el torbellino que azotaba su mente. Cuando se hubo relajado pensó en un libro que había leído cuando era más joven, "Tempus fugi" de Julius Nerve. Un libro de ciencia ficción donde sus protagonistas conseguían viajar al pasado y cada acción traía consecuencias, la mayoría terribles.

No debía tocar nada, hablar con nadie, ni interferir el continuo espacio-tiempo que...

-¿Estás bien?-oyó a su espalda.

Se giró y vio a la científica rubia de antes, tendiéndole la mano para ayudarla a levantarse. Alexia dudó, y la aceptó.

-Sí, fue una leve indisposición. Gracias.-contestó.

-Mucho ajetreo, te comprendo. Soy la Dr. Selene. Selene Guderian. Física aeroespacial avanzada. Encantada.-sonrió la científica.

Alexia se encontraba ante su abuela.

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