miércoles, 14 de marzo de 2012

Realidad paralela. Parte 9.

La oscuridad era tan intensa que no podía ver más allá de sus manos. Iba a hablar cuando le silenciaron.

-Esperad ahí un segundo.-dijo en la lejanía la voz de Zaunt. Resonó el eco, rebotando en las paredes de la bóveda.

Se oyó un ligero "click" al fondo de la sala, y la sala empezó a llenarse del ruido de motores haciendo girar algo. Eran placas de lo que el había supuesto desde fuera que era cristal, pero que no dejaban pasar la luz.

La sala se llenaba paulatinamente de la luz azulada del sol, revelando lo que guardaba. Un inmenso foso, con terrazas llenas de plantas. Cuando terminaron de girar las placas del techo, comenzó a caer agua de unas tuberías que llegaban a cada terraza, hasta el fondo de la montaña. O lo que él pensaba que era el fondo, porque no le alcanzaba la vista para verlo.

-¿Plantas bajo tierra?-preguntó Dimitar.

-No teníamos sitio para todas en la superficie.-contestó V sin darle importancia.-Vamos a lo que nos incumbe.

Suirahaza y Zaunt se dirigían a un ascensor en el centro de la sala, y les esperaban inquietos. La ministra de guerra volvió a ponerse los anteojos y a tamborilear el posamanos. Zaunt seguía impasible, pero su cara denotaba tensión.

El ascensor bajó a toda velocidad, dejando atrás cientos de terrazas. Llegó al último nivel, que estaba desprovisto de flora. Era una sala redonda, con un holograma del planeta en el centro.

Se acercaron a este y Suirahaza tomó la iniciativa en la explicación:

-Por lo que me han comentado en el servicio de inteligencia, no les ha sentado nada bien ver que no moriste en el sabotaje de la nave.-miró a Dimitar.-Y a Dragovich no le gusta dejar trabajos a medias, así que pretenden llevarte de vuelta a la Tierra y juzgarte. Y luego matarte, claro.

-¿Era necesario ser tan directa?-preguntó Dimitar, atónito ante la dureza de las palabras de la ministra.

-La situación lo exige. No estamos para bromas ni para sutilezas.- se volvió hacia el holograma y señaló una zona.- Aquí está el desierto de Ilaup. Tenemos que conducir a su ejercito a esta zona y activar el campo IEM. Si lo conseguimos, la batalla, y posiblemente la guerra, acabe ahí.

Suirahaza se volvió y les miró fijamente, ajustándose la correa de la muñeca. Se cruzó de brazos y esperó una respuesta.

-Es una opción a tener muy en cuenta, pero necesitamos un plan B.-concluyó Zaunt.-Quizá deberíamos contemplar la posibilidad de que escapen del desierto, y tener listos los acorazados de contacto. No hay que dejarlos huir del desierto.

-Las naves de la Tierra están preparadas contra IEM. Lo sé por experiencia. -dijo Dimitar, hablando por primera vez.

-No contra nuestro IEM, chaval.-sonrió Suirahaza.-Aquí la cosa es distinta. Empezaremos los preparativos en 30 minutos.

-Avisa a los escuadrones de reconocimiento, empieza el baile.-dijo V.

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