jueves, 12 de enero de 2012

Lluvia de metal. Parte 2.

...y la compañía de un científico al cual no conocía.
-Teniente Zhukov, descanse.-dijo Van Aark, llevándose la mano a la frente, en posición de saludo-. Le presento a Ian McThown, astrónomo jefe del sector sur. Creo que tenía algo que comentarle acerca de su misión.
-Encantado Sr. Zhukov -McThown extendió la mano, arrugada y descolorida por el paso de los años, y probablemente por alguna sustancia química.
McThown era un tipo bajo, con el pelo cano y corto, un poco encorvado. Tenía la mirada fría y distante, y daba la mano con desgana.
-Igualmente Doctor McThown. Dígame.
-Seré breve. Mandaré a uno de mis mejores subordinados con usted, se encargará de informarme de una singularidad en el cuadrante 15, cerca del planeta De Kelber. No molestará, pero tendrán que llevar consigo toda la instrumentación necesaria para su trabajo.
Zhukov se fijó en que McThown miraba de reojo al almirante, y rápidamente volvía a mirarle. Van Aark parecía no fijarse, pues estaba enfrascado en el repaso de los mapas.
-¿Es todo, almirante?
-No. -Van Aark se irguió- Puede irse Doctor, gracias.
Cuando el doctor se marchó, Van Aark se quitó la gorra con la estrella negra que caracteriza al ejército, dejando al descubierto su cabeza medio calva.
-...estos científicos, siempre metiendo las narices donde no les llaman, pero son órdenes de arriba, Zhukov. Partiréis mañana, a las 9:00 hora norte. Allí te presentaré a la tripulación. Es todo, teniente.
-Almirante...no me han informado de quien será el Capitán de la expedición.
-No te preocupes, Zhukov. Mañana lo sabrás.
-De acuerdo, señor.-Zhukov se cuadró, se llevó la mano a la frente, y se marchó del hangar.

Zhukov puso rumbo al aeropuerto, pues había quedado con uno de los ingenieros. ¿Porqué no le habrían dicho quien era el capitán? "Vaya desastre de preparación" pensó.

Eran las 4:05, cuando llegó a la compuerta principal del aeropuerto. Flanqueada como siempre por dos soldados de uniforme, que se cuadraron al verle los galones, se abrió a su paso, dejando al descubierto el enorme recinto. Redondo, y cubierto por una translucida cúpula de cristal, tras la cual se veía el cielo, verdoso por la radiación, solo la ocupaba una nave en un lado de la sala, reparada por una infinidad de operarios con uniformes morados. Uno de ellos, vestido con el uniforme negro característico de los ingenieros, se giró para ver quien había entrado, y cuando vió a Zhukov, dejó la ionizadora en el estante y fue a recibirle.

-Dichosos los ojos, Dimitar. Que mal te queda el uniforme, chico.
-Será señor, ¿no?-dijo sonriendo Dimitar-. ¿Como lo llevais, Yuri?
-Está todo a punto. Vamos hacia fuera, que habrá menos ruido.

Se encaminaron hacia la puerta. Zhukov se dio la vuelta a tiempo para ver como subía con una grúa un enorme telescopio. El ingeniero que lo acompañaba era Yuri Mazlaiev, compañero de ingeniería. Yuri prefirió  la rama civil, aunque se habían hecho buenos amigos.

-Veo que llevareis otro tripulante, Dimitar.-dijo Yuri- ¿Quien es el fanático de las estrellas?
-Algún subordinado de McThown. No me han dicho quien.

El rostro de Yuri se ensombreció.
-¿McThown? Nada bueno puede venir de ese hombre...

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